Colocones Negros

La Feria de Jerez es la mejor feria que exite de las que conozco, y si el año pasado fue muy, muy bien, este año ha sido más que increíble gracias sobre todo a una chica, a la chica del norte ;)



Normalmente la realidad tiene poco que ver con la ficción, sobre todo cuando se planea algo involucrando a mucha gente. Habíamos quedado en ir a la feria antes de las vacaciones entre diez y mil personas, y así ir todos juntos a echar el día y parte de la noche, tal y como hicimos el año pasado. Al final, entre uno que no puede venir, otras que fueron el martes y otro que ya no vive en esta provincia y tal... nabo gordo, el miércoles fuimos el Hereje y yo solos, aunque previamente quedé con Martha, la austriaca de intercambio.

Miércoles
Llegamos el Hereje y yo al recinto ferial con nuestra buena botella de ron añejo, y nos pusimos a beber bajo el sol como campeones. Cuando mi colega se había echado el segundo cubata yo ya tenía cuatro en lo arto e iba a por el quinto, y con el solazo que hacía y sin una puta sombra donde cobijarnos, pronto nos quemamos y nos subió el alcohol tela... al menos a mí casi me da un chungo, menos mal que el Hereje me dio una vuelta y pudimos sentarnos un poco a la sombra.



A eso de las tres de la tarde del miércoles llegaron Martha and company; a Kathe ya la conocía (fuck, no tengo foto de ella... ah! sí!)



Pues eso, que a Kathe ya la conocía, a Eli no, pero desde un principio me cayó tan bien como las otras. Eli era más... mmm... es con diferencia la tía más loca que conozco, aunque a veces no entendía ni una palabra de lo que decía, el rol que tenía con las otras chicas me recordaba a mí en mi propia pandilla... mmm... jejeje, una auténtica payasa (espero que no lea ésto, o al menos que no lo entienda! jajaja).

Como ya no era plan de beber más, decidimos montarnos en los cacharros, y como era de día, qué mejor que uno de esos toboganes de agua donde hay agua, y así empapados volvimos a la feria, a las casetas, aunque pasamos antes por las tómbolas, y me lancé hacia ellas cuando vi que clavando tres dardos por un euro se conseguía premio a elegir. Como soy muy, muy vicioso, cogí los dardos del tirón y a la segunda vez pude clavar los dardos en las tres anillas, el truco está en tiralos fuerte, ya que las anillas tienen un aro imantado que canta un huevo, los dardos van como locos en el aire.

Como no me pega ir arrastrando un muñequito por toda la feria, me volví hacia las chicas y les dije: decidme un número del uno al diez ...y casualmente le tocó a Eli.



Con el toro a cuestas, nos metimos en algunas casetas a bailar y beber tinto, hasta que se hizo algo tarde. Ellas nos ofrecieron al Hereje y a mí quedarnos en su piso, y así podríamos continuar la noche. Así hicimos, esa noche bailamos mucho, bebimos más y vivimos muchísimo más. Fue estupendo, Llegamos a Puerto Real a eso de las 13:45 del jueves después de pasar la noche en el piso de las chicas.

Jueves
Tres horas después de llegar tuve que ir al trabajo. Estaba cansado, así que lo único que hice después fue llamar a Eli para quedar el viernes y al salir del trabajo, irme al bar con los colegas a beber algo.

Viernes
El viernes, más recuperado, volví a llamar a Eli para confirmarle que iba y me escapé pronto del trabajo para subir al tren que me llevaría otra vez a Jerez. Me dirigí al piso de las chicas con dos CDs y una botella de moscatel de Chiclana, la patria del buen vino dulce. Les encantó... ¿y cómo no, si estas tías beben vino blanco de guisar con Seven Up? Puajjjj... estos guiris... ven un tetra brick y creen que lo de dentro es bueno... arj. Era mi obligación llevarles algo digno de beber.

La noche del viernes fue mágica. Estaba feliz, en serio, bailamos hasta resollar, aún tengo una canción mezclada con imágenes, vuelvo a ellas a veces y sonrío... me daba igual todo y a ella también, cantábamos por las calles de la feria cuando escuchábamos música de las casetas, bailábamos sin música, nos peleábamos de broma, hacíamos el tonto... estábamos de acuerdo, la gente era mero paisaje, ni ella ni yo conocíamos a nadie (o al menos no nos importaba) y disfrutábamos juntos.

Perdimos a Kathe, que se quedó con unas amigas, así que llevé a Eli a una caseta motera donde ponían Heavy Metal. Nos apagaron el alumbrado allí mismo, serían las seis de la mañana, y allí en la terraza ella sacó una bola de chocolate y me lié un petardo de los míos que lo flipó, jejeje. Ahora SÍ que los dos estábamos en un mundo ajeno a todo y a todos. Dios... tardamos una eternidad en llegar a su casa, era ya de día... fue una noche increíble.

Sabado
No sé a qué hora desperté, ni a qué hora cogí el tren de vuelta. La cosa es que tenía que ir de la estación al trabajo a recoger la bici, y sé que me senté en la barra del bar a las 15:05. Apareció de frente mi jefe, primero sorprendido, después sonrió no me digas que acabas de volver de la feria desde las diez de la noche de ayer... -yo, sin hacer caso, señalando a la máquina del café: "Ese café lleva mi nombre, ¿no?"- jajajaja, sí... (...) tu padre te dirá que te he llamado, hoy hemos tenido mucha faena y cinco bajas -miré alrededor, miré en el comedor y en la terraza, me leyó el pensamiento y dijo Tranquilo, ya está todo controlado. Vete a casa y ven a tu hora, todo está bien. Obviamente SABÍA que me iban a llamar para ir a trabajar, yo mismo confeccioné días atrás la distribución de mesas de la comunión del hijo de uno de los camareros, y vi perfectamente quiénes estarían como clientes y quiénes trabajarían... pero por supuesto esa noche me hice el longui, me escabullí dando esquinazo a mi jefe para que siquiera me mentara la posibilidad de ir a trabajar más temprano. Me salió bordado, porque ya os he dicho que la noche del viernes fue memorable de veras.

Llegué a casa, saludé y mi madre intentó interrogarme. Mi padre, al escuchar parte de la historia (se resumió en lo pasé muy bien y poco más) y verme la cara que llevaba, sonrió y me dijo que disfrutara todo lo que pudiese.

Llamé a Eli, le dije que volvería a verla esa misma noche, Hoy sólo voy a enseñarte a bailar sevillanas, le dije. ;)

Para ese sábado tenía tres planes y todos buenos. Podía haberme quedado aquí y haber ido a la despedida de soltero de Willy, colega y compañero de trabajo en la feria, con lo que la pechá de reír estaba asegurada. Otro plan era quedar con una chica de aquí, irnos de bar en bar y... echar el rato, y el otro era Eli. No tuve ninguna duda, sabía que si no iba con Eli me arrepentiría, lo pasé muy bien el viernes y sé que no nos queda mucho tiempo juntos... tenía que aprovechar al máximo y nada me detendría.

Llegué a su casa con otra botella de vino, esta vez tinto del Penedés, y al poco rato de llegar yo llamaron a la puerta y entraron tres amigas alemanas de Kathe; como yo era el único español, tocó hablar en alemán, y aunque muchas cosas no las entendía, algunas sí que podía... me vino bien ese torrente germánico para retener cosas y soltarme aún más con Eli.

La noche fue diferente, no quedamos con las amigas españolas, por lo que las engañé para ir a la caseta Cherokee, la caseta motera, jejeje. Entramos allí y ví al Kuki, al Tonino y al Topo allí metidos. Polloooooooo! ¿Qué estás solo? "Naaaaa, he venido con seis tías" -ojos como platos, jeje-. Han ido al servicio, las voy a traer". Sólo las austriacas vinieron, las alemanas estaban hasta los huevos y se fueron fuera... lo sosas que son, con lo que mola una caseta de melenud@s con buena música... Pero la música cambió, pusieron dos canciones rock-a-billy y a la que hizo tres nos largamos. Ah! Ví a dos excompañeros de mi hermano, Juan Capitán-Pescanova y el rubito que no recuerdo cómo se llama. Le eché la bronca otra vez a Juan por lo que me hizo aquella vez en ese puticlub, y se hartó de reír el muy cabrón, jejeje.

Pasaron las horas, estábamos cansados, nos hicimos un petardo y nos fuimos a casa. No veáis la desgana que me dio volver a Puto Real para trabajar a las dos de la tarde, estaba yo tan tranquilo con el panorama y... augggg... chicos, si hubiéseis estado en la misma situación, sé que más de uno hubiera llamado al trabajo para decir que estaba malo... jejeje, y no mentiría.

Voy a parar de escribir, cojones, que me toca largarme... me queda en el tintero lo que significó el domingo: trabajo como un zombie, sin entender al público... vamos, un desastre, pero salí con vida.

Ah! Vino el Voltio y estuvimos hablando. El Voltio se fue y llegó mi jefe, me preguntó sobre un par de cosas que me mandó hacer y por estar escribiendo pasé de hacerlas... mmm... al irse, me dijo: "¿Sabes qué es celo en el trabajo?" No sé qué le respondí, y me responde: "Infórmate, mañana me dices qué es".

Hell... sí, hoy no he hecho el huevo, pero es que quiero gastar el cartucho, creo que pasaré un buen tiempo sin escribir... aunque os avisaré.

Hail Lebe!



Venga, aguuuuuuur!