jueves, septiembre 27, 2007

Led Zeppelin tocarán en Londres

Esa es la noticia; guapo, ¿no? el 26 de noviembre en el estadio Arena O2, que tiene una capacidad de 20.000 personas.

La venta de las entradas (a 200 pavos cada una) se hará por sorteo al que se han apuntado 20,000.000 flipaos. Estaría guay verlos, aunque no sólo eso, ver a estos notas sería infinitas veces más grande que el haber visto a Ozzy. Otro estilo, rock blues progresivo... los más grandes de la historia... uffffff

  • LA Banda


  • Si fuese no iría solo, con los Zeppelin me entraría el síndrome de Stendhal y acabaría pisoteado por brujas empapadas en perfume.

    Tendré que esperar otra ocasión más propicia, si los periodistas aciertan habrá gira.

    Amplía la noticia.

    lunes, septiembre 24, 2007

    De Puerto Real a Medina en bici

    Hola gentes,

    La semana pasada me dieron el domingo libre, y con la perspectiva de hacer algo chulo ese finde con mi hermano y con Jose no se la armé a mi jefe como un jubilado en un McDonalds, como mi caracter-encabronado actual nos tiene acostumbrado.

    Durante toda la semana tanteé a mi hermano Carlos para que se moviese un poco y tal, pero ya el sábado la cosa pintaba mal: Jose tenía que hacer no sé qué ese día y mi hermano quería hacer una rutilla por el Río San Pedro con el niño; todo dependía de que yo arreglase MI bici, que es una infame bola de óxido que se está pudriendo en el patio desde que me fui a Alemania. Pensando sobre ello mientras escuchaba a mi hermano, vi todo el tiempo y paciencia que debería de ponerle a mi bici para echarla a andar, y como sabía que en cualquier momento él podría reclamar SU bici, le llamé maricón y le colgué. Hala, lo haría solo.

    Así que el domingo me levanté a las 10am, le di una capa engrasante de teflón a las partes móviles de la bici, le tomé-prestada (robé) la cámara digital a mi padre y me largué con ella, media botella de agua, un paquetillo de galletas y un par de folios donde tenía impresa la ruta.

    Desde casa me dirigí al hospital universitario, y paralelo a él empieza la ruta entre los pinos de Miramundo, un sitio genial sea verano, invierno, con frío, con calor o lloviendo. Da igual, es brutal.



    Mi intención era ir rápido para disfrutar de la bici por cañadas, estoy familiarizado con ella por ciudad pero no la había metido (casi) en carriles. La bici respondía, mis pulmones por entonces también, así que pasé volando hasta La Encrucijada del Flamenco, donde paré para hacer una foto de la cartelería.

  • Pincha para ampliar


  • El recorrido por kilometraje.


  • Seguí al sur y enlacé con la carretera a La Chacona; de ahí dirección al Marquesado y yendo paralelo a la carretera me interné en una cañada, la Cañada de San Fernando a Medina. El corredor está "bien" indicado, así que no tuve muchos problemas de orientación. Además, me cruzaba intermitentemente con otros bicicleteros que me hacían ver que la ruta que seguía era la indicada. Es curioso, el único que iba vestido cutre-salchichero era yo (pantalón corto militar, camiseta de los Motörhead negra); ellos iban vestidos con el uniforme de profesionales, sus gafitas pastilleras, casco, bicis de ciento y pico talegos la más perra... pero bueno, parece que hay una costumbre tácita de saludar a todo bicicletero con el que te cruzas, y éstos lo hacen con un /Juou/! cuando van deprisa, un /jé/! cuando van en grupo y un /Jola/! cuando van lentos. Curiosos animales.

    Pensé que al vadear los arroyos Zurraque y Salado podría encontrarme con algo de riesgo, aquí cayó el ciento y la madre de agua el jueves pasado (tormenta eléctrica incluida), por lo que creí que aún quedaría algo... pero no, sólo había charcales y barros, pero tan pocos que no me llené las cejas como era mi intención.

    Seguí por lo poco de carril que la lluvia había dejado sin arrastrar a su paso hasta que el camino se normalizó. Por aquí la zona era de una bella soledad... es lo que pone en la guía del recorrido, pero a mí me pareció un erial de mierda, nada más que polvo, matorrales de los que salían pájaros perdices y conejos a los que habría matado por el mero hecho de obtener placer viéndolos retorcerse de dolor como lo hacía yo en las cuestas. No sé por ahí por el resto de España, pero aquí usan escombros para acondicionar el firme de los carriles. Los escombros están compuestos de piedras, trozos de cemento y sobre todo de azulejos rotos, una bendición para las ruedas y para todo aquel que tenga la fortuna de caer de coco y evitar así más sufrimiento.

    ...Ay... qué bien lo he pasado! Sigo contando xDDD

    Llegué a la Parte Chunga 1.

    tras vadear el Zurraque varias veces, seguir el recorrido y pasar de largo un cruce, me encuentro una montaña blanca a la derecha del camino. Como pasé rápìdo no me percaté de qué era. Seguí y empecé a ver rastros de esa misma materia por el suelo del camino, blanca como la nieve. Empecé una serie de bajadas y apreté para coger toda la velocidad e inercia posibles, y vi lo difícil que era dominar la rueda delantera al atravesar los bancos de la sustancia. La rueda delantera se hundía en ellas, se paraba como si quedase atrapada en arena y la bici me culeaba. Vino una bajada más pronunciada y yendo yo tó follao, saltando en el aire, aterricé en una montaña de esas, perdí el control y tuve que parar como pude, manteniendo las ruedas paralelas y con los dos frenos apretados. En ese momento reparé en que habría sido buena idea tener casco, así seguramente habría evitado el sudor frío que me bajó por la nuca cuando bajaba esa cuesta y creía que iba a salir por los aires.

    Paré como dije, cogí la sustancia entre los dedos y vi que era cal. Parece ser que echan cal al corredor para evitar que crezca nada sobre él, pero el que lo hizo de forma tan basta también aró los bordes del camino, convirtiendo la pista en (Elige: o bajas la pendiente por rocas sueltas ooooooó metes las ruedas en cal ) una putada.

    En un punto de la calera esa, el camino ascendía hasta el Cerro del Gorrión. Las ruedas patinaban sobre la cal, la marcha más corta hacía que la rueda trasera no tomase fuerza de agarre, y una más larga hacía que la delantera se encabritase y no tocase el suelo. La cal se pegó a mis zapatos, toda la mitad inferior de la bici y por todo el sistema de cambios, piñones y platos, apegotonándose allí donde encontró algún rastro de lubricante. Solución: a patita y a empujar la bici cuesta arriba.

    Subí la cuesta, se me cruzó un tío en todoterreno y me preguntó que si por ahí se iba a Chiclana; le dije que yo pasaría de ir a Chiclana por ese camino, que no metería el coche ni loco, así que el tío me hizo caso y se volvió, levantando la cal del suelo y dejando mis pulmones más abrasados de lo que ya estaban.

    ...Luego recordé la encrucijada de caminos... sí, quizás el camino para Chiclana estaba tres kilómetros tras de mí... bah, le follen -pensé. Si el camino se jodía demasiado para él, se cagaría en mis castas y paso, que coja una carretera normal como hacen todos, y dejen los carriles para los demás.

    Subí la pendiente de cal y llegué al Cerro del Gorrión, parecía que todo ya se ponía en orden y ya sólo quedaba seguir sin muchos desniveles hasta los pies de Medina.

  • Sobre el cerro, visión al fondo de Medina.


  • A partir de aquí las cuestas suaves se suceden y el camino es más firme... está más forrado de escombros si cabe (no olvidemos los azulejos); pero bueno, se pasa sin mayores complicaciones. El paisaje es de pasar a través de la era, así que, a pleno sol y a mediodía el paraje es el de marte con tractores, bueyes y lentiscos. En ese tramo pasé volando una cuesta abajo y cruzando la calzada vi a un conejo, luego otro más, dos pájaros perdiz y de buenas a primeras salieron corriendo cuatro hurones en la misma dirección que los conejos. He estado mirando fotos en el Google de hurones domésticos y parece que los caseros los hacen mariquitas pa que no lo destruyan todo. Los cuatro miembros del grupo que vi medían más de un metro cada uno, les echaría unos 50 cm. de cuerpo + la cola. Eran pardos y tenían la cabeza más grande que mi puño (lo que no es difícil).

    Me crucé con otros ciclistas y me saludaron con un /Bon Jour/. Llegué a la rotonda de Medina y vadeé el "pestilente arroyo" del que hablan en la crónica, y aunque era repulsivo de ver no me pareció demasiado pestilente.

    Llegué a la Venta El Carbón, casa fundada en 1.804. Me eché dos quintos de cerveza, encendí un cigarro y llamé a casa para decir que no iría a almorzar. Desde la venta, lo que me quedaba era la subida a Medina, una joputada de cuesta que tendrían que poner por los lados del camino presas como las de los rocódromos. Me maldije por haberme fumado ese cigarro en la venta, y analizando, notaba que nada más salir de la venta las cervezas fresquitas se me habían evaporado por la cabeza. La subida fue penosa, la hice empujando la bici y parándome donde hubiese sombra. Estaba más quemao que los chistes de gangosos.

    Por la subida iba cogiendo moras y me las metía compulsivamente en la boca. Llegué (al fin) a donde empezaba la calle, me monté en la bici e hice tremendos esfuerzos para no cagarme en las castas de los meinatos en voz alta. Todas las calles con cuestas, y debía seguir subiendo para llegar al castillo.

    Llegué a la plaza del ayuntamiento y la ciudad bullía de guiris. Era domingo y las terracitas estaban que no cabía nadie más. Grupos de alemanes dando vueltas con los guías, guiris por todas las calles mirando los nombres de las calles... vamos, todo el mundo almorzando ahí de guay. Seguí mi camino cuesta arriba y le pregunté a un amable cateto si esas rocas que había a unos 200 metros sobre mí era el castillo. Respondió afirmativamente, y que la mejor manera de llegar era por una escalera que me ahorraría un buen tramo. Le hice caso y vi la escalera... cogí la bici, me paré enmedio y me quedé ajaigao ahí enmedio de ella. Seguí subiendo al rato y viendo que el camino seguía ascendiendo me quedé en la Iglesia de Nuestra Señora de La Paz.



    Miré la bici y comprobé lo apegotonada que estaba la cal en sus partes móviles.



    Y bien, cuando me cansé de estar ahí parado, sin poder ver la bahía de Cádiz porque la calima impedía la visión de la lejanía, cogí la bici y me deslicé calles abajo hacia la venta. Ahí también eché de menos el casco, hice la bajada en minuto y medio, y puedo decir que superando los 60km/h con creces... acojonante pero altamente reparador.

    Para ya enmendarme, me colé otra vez en la venta, me eché dos Aquarius naranja y una tapa de venao, y empecé palique con una pareja mayor de Chiclana que se sentó junto a mí en la barra del bar. Me invitaron a un Aquarius, la chica del bar llenó mi botella de agua y me fui a la calle. El agua era para la bici, la gasté casi toda en intentar desprender la cal de la cadena, pero no fue buena idea porque se apelmazó aún más.

    (¿Aún seguís leyendo? Los hay masocas)

    Parte Chunga 2.

    Vuelta al carril, apretando con las mínimas cuestas que tenía a favor, temiendo llegar otra vez a la zona de la cal, intentando recordar si el desvío a Chiclana era anterior a esa zona para poder ir al Cortijo del Guerra y llegar a Miramundo por otro camino... empecé a ver los bancos de cal en una bajada cuando de repente salen los hurones a dos metros corriendo delante de mi; yo iba más rápido y el más despistado casi se mete entre mis ruedas y le doy su último viaje. Se quitó del camino y seguí aprovechando la inercia, subí una pequeña cuesta y al bajarla llegué al punto más bajo y la rueda delantera sonó PAM! (1 sec) PAM!. Me bajé y vi que la rueda delantera me había reventado por culpa (supongo) de unos azulejos. -Perfecto, aquí enmedio de la zona de la cal, en las horas de calor y cuando nadie más va a salir con la bici de casa-. Aún mantenía algo de aire, así que le di toda la caña posible para continuar la marcha. Puse más atención a las bajadas, ya que con la rueda delantera pinchada la dirección se va a la mierda, la llanta sufre con cada golpe y la cubierta hay que ponerla paralela a ella para que no la rebane.

    Con paciencia seguí mi camino. Pasé la zona esa, empecé a ver la bahía de Cádiz y las grúas de los Astilleros a lo lejos y aunque inquietaba verlos demasiado lejos y a mi izquierda sabía que iba por buen camino.

    Llegué al Marquesado, ya me quedaba poco para estar en el hospital. Seguí hacia la Chacona, entré en el carril y empezó el pinar de Miramundo.



    Eran ya las 18:30h, había salido de casa a las 11:00h. Llegué al hospital y recordé aquella vez que volvía con mi hermano, Rafa y dos amigos más de Alcalá a pie... aquella madrugada, reventados, viendo estrellas fugaces sobre el campo, cantando el Thriller de Michael Jackson... y aunque estaba sólo a dos o tres kilómetros de mi casa me metí en la venta en la que paramos, compré una Fanta y me puse en la terraza recordando el momento en el que llegamos al hospital aquella vez, viendo esta otra manera tan penosa de llegar y disfrutando del momento con la Fanta, un cigarrito y acariciándole la cabeza a un gato que rondaba por allí.

    El lunes, más tranquilamente, hice balance del estado de la bici. Tras limpiarla y cepillarla con estropajo, la rueda delantera la he cambiado por la de la otra bici; parece ser que la rueda trasera está cambemba, y aunque aún tengo que comprobar ese percance, el freno trasero lo tengo quitado porque rozaba demasiado (mala señal). También parece que un rodamiento del engranaje de los pedales está roto o hay algo ahí que jode el giro; posiblemente lo que sea se ha colado por donde perdí un tapón de plástico.

    Pero bueno, la cuidaré porque es mi medio de transporte y aunque podría estar mejor de salud, aún tiene que poder aguantarme al menos quinientos kilómetros más.


    viernes, septiembre 14, 2007

    Ohne Ballast, viel Besser

    He llegado al trabajo y me he puesto a revisar el correo electrónico de mi cuenta personal, a borrar lo que sobraba y a ordenar por carpetas los e-mails; es un trabajo de chinos, ya que tenía 902 mensajes en la bandeja de entrada, contando con que hace ya tiempo puse un par de docenas de filtros para redireccionar el correo.

    No suelo guardar por-que-sí los e-mails, es más, borro siempre los mensajes que tengan de 1Mb en adelante una vez vistos, pero el correo se va acumulando, más y más, respuestas en cadena que crean un diálogo a veces muy gracioso pero muy coñazo de ver.



    El problema no es el espacio, 1Gb es más que suficiente. El problema es mi apego al pasado, aquellas palabras que significaron tanto para mí en aquellos momentos, aquellas que pensé que JAMÁS alguien me dedicaría por escrito (para bien o para mal). Tantos sentimientos oxidados por falta de uso... mmm...

    Esto no sólo le pasa a mi correo, sino que me ocurre también en casa. Tengo un algo-parecido-a-un baúl donde guardo todo lo que he ido recopilando en cualquier viajecillo que hago. Mapas, guías, billetes, fotos... y objetos más importantes, como regalos, cartas, entradas a conciertos/festivales o cosas así... incluso billetes de tren a Jerez que guardé entonces porque me pareció un día muy especial.

  • La apariencia de mi baúl puede variar entre 0 y 1015 detalles, y contener menos chocolate (o no) que el de la foto.


  • Esas cosas que guardo me engañaban y me hacían creer que al tocar esos billetes o simplemente viéndolos recordaría el por qué los había salvado. Me he cargado muchísimos recuerdos y detalles con el alcohol, así que ahora muchos son trastos inútiles... pero lo que no llegaba a ver es que desde el día que los metí ahí se convirtieron en eso, en algo totalemente inútil, algo prescindible que no me hará sonreír cuando los vea, sino que me corroerá el óxido que tienen encima. Es increíble la de palabras que se han volcado sobre ellos con el tiempo sin que la persona (o personas) por las que guardé el billete sepan que aún conservo ese trozo de pasado impreso, porque consideré esa mañana-tarde-o-noche muy especial para mí.

    Llevo ya mucho tiempo madurando desde que toqué fondo. Creo que el tocar fondo es del todo necesario para poder construir desde abajo todo lo que es realmente importante, y desechar de la cabeza todo pensamiento contraproducente. Leí una vez una cita de alguien que decía que todos hemos de estar alguna vez en la cárcel para saber apreciar qué es la libertad, u otra versión que decía hay que haber estado en la cárcel para saber disfrutar de algo tan simple como una meada en el campo.

  • Pincha para agrandar.


  • ...Y bueno, me conocéis y no me pega ir de sabio por la vida. No tengo ni puta idea de cómo vivir normalmente, no tengo metas a largo plazo ni quiero hipotecas, mis días pasan por el presente y mi mente por los lugares que me hacen feliz.

    Y que yo no sepa de qué coño va la mitad de la misa no quiere decir que no haya catalogado ya los lastres que aún conservo y que me impiden a su forma potenciar más mi Yo. Por eso he dejado de beber (a saco, se entiende), intento fumar menos y haré una limpieza de recuerdos físicos en aquel puto baúl, que todo lo que tenga lo lleve en mi cabeza a donde quiera que vaya, como ha sido y será lo natural.

    Ah, y me haré un tattoo conmemorativo (una casa en llamas o algo que mole), así seguro que no se me olvida xDDD

    martes, septiembre 11, 2007

    Atravesando la Cueva del Gato

    Buenaaas.

    No sé cómo me lo monto pero me pasa siempre lo mismo. Os cuento.

    Había quedado con mi hermano y el colega Jose en ir a hacer espeleo en la Cueva del Gato. Para ello teníamos que partir a Benaoján (Málaga) a las 7:00am. Pues bien, el sábado salí de trabajar a las 0:00h y acto seguido quedé con Vito, Voltio y Paqui para echar unas cervecitas y charlar de todo, ya que hacía tiempo que no nos reuníamos los cuatro juntos.

    Llegué a casa a las 4:30am o así y con dos pintas sobre mi cabeza... me acosté a las 5:00 y me puse TRES despertadores a las 6:30. Fui apagándolos hasta que llegué al tercero, en el que tomé conciencia de que tenía que levantarme... Cogí una mochila con cosinhas y me fui a casa de mi hermano desde donde saldría la expedición.

    Carlos y Jose estaban metiendo las cosas en el coche, les conté la peripecia y me eché a intentar dormir en el sillón de atrás, pero me fue imposible. Hora y media después paramos para desayunar café y molletes de manteca colorá con hígado de cerdo... un verdadero manjar y más adecuado para la dieta que todos los Biofrutas del mundo.

    Más espabilado, empezamos a hablar de lo que íbamos a hacer.

    Jose se había encargado de contactar con Pangea, la empresa de Turismo Activo que haría la actividad. El precio oscilaba entre 60 y 68 Euros por barba, dependiendo de si el grupo reclutaba a la décima persona. La actividad la haríamos con dos monitores de la empresa, que nos facilitarían los neoprenos, arneses, cascos y el transporte necesario para hacer la actividad, que nos llevaría unas seis horas para realizarla.

    Llegamos al punto de reunión en el aparcamiento de La Cueva del Gato y allí nos juntamos con los monitores y los otros siete que harían la actividad con nosotros.

    Nos pusimos un cuerpo del neopreno, montamos en los coches y fuimos hacia El Hundidero. ¡Comenzó la juerga! :D

  • Bajando el valle para acceder a la cueva. Pincha para agrandar
  • .

  • Pincha la foto para agrandar
  • .

    Llegamos a la entrada de la cueva de Hundidero, nos enguatamos los neoprenos, ajustamos los arneses y el casco, y probamos las luces LED y la incandescente. Estábamos listos para la aventura.

  • De izquierda a derecha, enano Mudito, enano Atractivo y enano Fortachón. Pincha para agrandar
  • .

  • Pincha en la foto para ver una presentación con TODAS las imágenes


  • La primera parte del recorrido es genial, es lo más. Vamos internándonos en la cueva siguiendo un sendero que se hace cada vez más estrecho; debemos sortear rocas y una torrentera seca, hasta llegar a la primera prueba, un salto desde 4 metros a una poza de agua cristalina. Acojona el hecho de tener que tirarte a las oscuras aguas desde bastante altura, pero la fe en los espeleólogos experimentados es un alivio que teníamos en cada momento. El agua dentro de la cueva está a 6 grados, pero la sensación de frío sólo se nota en las manos y en la cara, el agua que entra en el neopreno se calienta sumamente rápido, y el agua fría se convierte a veces en una bendición por tener que hacer un camino complicado vestidos con neoprenos completos.

    Avanzamos así, a veces sorteando rocas, otras con agua por la cintura o nadando. Con cada nuevo obstáculo los monitores nos daban instrucciones precisas sobre cómo debíamos actuar y qué salientes u oquedades deberíamos utilizar para sortear los desniveles.

    El recorrido hacía que uno pensara en las rocas hundidas bajo el agua, fastidioso pensamiento de darse una piña en el coco y quedarse flotando ahí dentro pa los restos, pero en cada momento teníamos a los guías que nos orientaban y advertían sobre la mejor manera de tirarnos al agua, en qué punto el agua era más profunda y cualquier detalle a tener en cuenta. A parte de que es legalmente necesaria la presencia de espeleólogos experimentados con un grupo de novatos, las explicaciones que daban, el buen rollo y la tranquilidad que transmitían Cuco y Alexis era de lo mejor en determinadas situaciones.

    Pasados varios saltos y lagos, el recorrido exigía salvar distancias atados a una cuerda de seguridad con los arneses. El grupo avanzaba siempre en orden, sin prisas, y entre nosotros existía la camaradería de mirar siempre atrás para ver que el compañero continuaba el recorrido entero.

    Tras un salto de 5 metros sobre el agua, nos encaramamos sobre una pared de roca y nos preparamos para hacer un Rapel de unos 6 metros. Hacía tiempo que no hacía un descenso rapelando, y Cuco me aconsejó de cómo hacerlo correctamente. Está buena la cosa, creo que me podría aficionar a ésto de la escalada y los descensos.

    Pasamos varias salas, pasadizos, toboganes, saltos... ufff... y un fangal en el que si te andabas torpe perdías el calzado, es como el fango del Río San Pedro pero más compacto; se me quedaron los zapatos dentro del fango pese a las advertencias de los monitores, los saqué, los lancé lejos y seguí el camino únicamente con los escarpines. Contó Cuco una anécdota, un cliente que entró, perdió los botines y Cuco, escarbando en el fango le dio un par -Toma, tus botines y le tendió un Adidas y un Nike del 42 y 44 respectivamente. -Eh! Que yo tenía unos Reebok! Po es lo que hay! jajajaja. Ese barro se lo traga todo.

    Y finalmente llegamos a la parte más coñazo del recorrido, hora y media por un pasaje lleno de rocas afiladas y resbaladizas que nos acercaban aún más a la salida, la Cueva del Gato.

    Como broche final subimos una pared cercana a la salida, ya veíamos cómo la luz natural se proyectaba contra una pared. El grupo se desdobló entre los que subimos la pared y los que siguieron el curso natural del agua. Jose, Carlos y yo subimos junto a cuatro más y Alexis, uno de los guías. Cuando estuvimos sobre la pared, Alexis dijo: Bien, este es el mayor salto de la cueva, tiene 10 metros. -miré abajo y siquiera veía el agua, un saliente cónico a modo de trampolín me ocultaba la caída- Después de haber pasado el coñazo de la torrentera esa lo que no os podéis perder es esta poza tomadlo como un premio a vuestro esfuerzo. -¿Qué profundidad tiene?- preguntaron. No tiene fondo. Hace unos meses se tiró un danés de 1,90 y 95 kilos de peso, se tiró de pie y no tocó fondo -murmullos- ...así que no os preocupéis por eso. Yo seguía mirando la caída, acojonado. Me estaban entrando unas ganas de mear increíbles, pero eso de hacerlo en el neopreno (por mucho que me lo recomendara el Voltio) no me molaba.

    Tiraos con las piernas juntas y los brazos pegados al cuerpo. Si os tiráis de otra forma, de culo, de espaldas o de pecho será como si os callérais sobre hormigón -dijo Alexis-. Eso no me ayudó en nada, me he tirado al agua de una altura parecida y sé que en durante la caída te da tiempo a pensar en todo menos en controlar el cuerpo.

    El Gallego, que así se hacía llamar, fue el primero que se tiró. Sólo ver cómo se tiraba, desaparecía de mi vista y al rato sonaba el estruendo a-c-o-j-o-n-a-b-a, y yo miraba a todos lados para ver dónde podía echar una meada rápida. Poco a poco se fueron tirando, se tiró Jose y me tocó a mi. Me acerqué al punto de salto, pudiendo ver por primera vez el agua mucho más abajo de mis pies. Junto a la poza sobre una roca, como iguanas con un sólo ojo incandescente, me iluminaban los demás compañeros. Un escalofrío me recorrió de abajo arriba, miré a Alexis que estaba a mi derecha y me dijo: Venga, es sólo dar un paso. El escalofrío no se me iba, oculté la cara entre las manos, respiré hondo y di el paso.

    Al rato entré en el agua y ya en ella me dejé llevar todo lo que pude hacia el interior de la poza, dejando que me envolviera y sin necesitar el oxígeno, sintiendo cómo la adrenalina del salto se diluía, y pasaba a convertirse en euforia. Hice balance allí dentro y sentía como si me hubieran dado un golpe sobre el casco con un bate de béisbol. Todo pasó en seis segundos a lo sumo, pero los que habéis tenido la oportunidad de ver el relativismo del tiempo podéis saber que lo que digo es verdad.

    Tras nadar un poco más, sortear rocas y tal, llegamos a la luz del sol. Junto al lago de la entrada, varios turistas nos miraban como si hubiésemos aterrizado en un OVNI. Aprovechamos e hicimos el último salto en la catarata de la entrada para vacilarle a los niños, niñas y viejos por la cara xDDD.

    Después de arreglar el pago con los monitores, despedirnos de los compañeros y tal, Jose sacó la neverita, nos dio una cervecita a mi hermano y a mí y nos preparamos un bocata de chorizo del que dimos cuenta a orillas del lago.

    Un día para recordar, una experiencia que no voy a olvidar.



    Si queréis saber más, aquí os dejo este enlace.

    sábado, septiembre 08, 2007

    Fallos y alegrías

    En primer lugar, quiero decir que me he cargado el sistema de archivos del blog, o al menos cómo se accede a él. Chicos, chicas, siempre que manipuléis la plantilla haced una copia de seguridad si no tenéis ni repajolera idea de lo que estáis escribiendo!.

    Y ahora la alegría; qué buen gusto tiene mi cuñada para vestir al niño, oche!





    ...Normal que le curre la badana a los niños de la guardería, con sus ositos de peluche y sus piececitas de Lego...

    viernes, septiembre 07, 2007

    Musicastros y musiquísimos

    Buenaaas,

    un compañero de trabajo me avisó de que Kroke tocaría en El Gran Teatro Falla. Púseme presto a sacudir mi ignorancia gracias a Youtube (herramienta que uso durante todo el día), y me encontré algún directo y con solos de Nigel Kennedy, que se unió a la banda durante un tiempo.

    El concierto será el 10 de noviembre, fecha que me viene mu mal porque estaré a 2.200 o 2.400 kilómetros del teatro. De todas formas os recomiendo que veáis algunos videos del Youtube de estos notas, seguro que será un concierto muy animado.

    Y bien, viendo a Nigel Kennedy tocando las cuatro estaciones de Vivaldi me topé con Jascha Heifetz tocando el Capricho nº24 de Paganini... Dios, os lo cuelgo porque no tiene desperdicio, pinchad en la foto para ver a este genio tocar el violín.

  • No, listos... no tocaba en el Titanic ¬¬


  • Visto lo visto, el Capricho nº24 de Paganini está reservado para auténticos genios. He visto algunos con guitarra eléctrica que, ya sea por el sonido o por malos, no sonaban tan bien.

    Y tras ésto y por variar de instrumento, a la guitarra Li Jie. No veáis cómo toca la chinita ésta, no tiene desperdicio!

  • El diseñador de la portada seguro que trabaja reponiendo los expositores de una gasolinera... ¡pincha en la foto para ver el video!


  • Espero que os haya gustado. A mí me han entrado unas ganas enormes de aprender a tocar algún instrumento, y mi debilidad es la flauta travesera... joe, lo chulo que estaría, coñe. A ver si en el eBay encuentro alguna barata y empiezo por comprármela.

    jueves, septiembre 06, 2007

    Robo frustrado

    Son las 15:53h. Salgo de casa con menos tiempo del que me lleva llegar a al trabajo puntual, pero como sé que el levante me ayudará no le doy mayor importancia. Me pongo las gafas de sol y le doy caña a la bici.

    Voy a todo meter, me divierte y (normalmente) no hago daño a nadie ni a nada. En la avenida donde está el hotel veo un monumental atasco de coches por el trabajo que hacían los operarios de mantenimiento de vías sobre la calzada. Sonrío, paso volando al lado de los coches parados y amplío la sonrisa, me gusta aún más la bici en esos momentos.

    Paso al lado de un grupo de chavales y entro en el parking del hotel. Dejo la bici como siempre apoyada en la pared, el momento justo para dejar la mochila y dar la vuelta para abrir la puerta de servicio y dejarla ahí dentro; eso hice, llego a la puerta -qué raro, a través de la rejilla no se ve la rueda-, la abro y nada. No está. ¡Cabrones! ¡Me la tangaron en 35 segundos!

    Me quedé flipao e intenté pensar rápido pero no atinaba hasta que decidí subir la cuesta y meterme entre las casas. Allí vi a los chavales esos, que cuando me vieron siguieron charlando delante de una casa. Di la vuelta a la manzana, vi al Lolo y me dice Giorgio, llegas tarde -Me acaban de robar la bici y la estoy buscando. Cabrones...- y seguí mi camino. Entré en el bar, se lo dije a uno de los camareros y me dijo que él sólo había visto a esos chavales. Se me encendió la bombilla, me miraban demasiado cuando aparecí, así que por huevos son ellos.

    Fui directamente hacia la casa donde los vi parados. No estaban; putos unifamiliares nuevos, son todos iguales. Vi a un chico de verde sobre una bici, y como no veo bien de lejos me fui payá. No, no era mi bici, pero aparecen dos chavales a 20 metros de mí, me ven y se van. Sigo en su dirección y veo una bici apoyada en una valla. Es la mía, así que la cojo ante la mirada del chico de verde, le dije que ya se habían divertido suficiente y ¡el crío se me encara!, que no podía acusarle de nada, que qué estaba diciendo... me harté y me iba cuando no sé a cuento de qué me dice: "no vuelvas a aparecer por aquí". Me paro y le respondí que la calle es pública y que pasaría por allí cuando quisiese, así que me pongo a pedalear y aparece otro más grande e empieza a insultarme, ¡y una pureta gorda que sería la madre llamándome con el brazo! Increíble, ¡me roban y me insultan! ¡jajajajaja! Hay que tener cara, Dios...

    Así está el tema. Vaya mierda de barrio de paletos y mangantes.

    miércoles, septiembre 05, 2007

    Madrugón

    Buenaaas,

    aquí me tenéis, en el curro como un campeón desde las 7 de la mañana! Ole el tío!

    Anoche me dijeron en el trabajo eso, que era necesario a las 7... lo pensé y no sabía por qué querían que llegase tres horas tarde, ¿para salir a las 3 de la mañana? Jejeje, lechón de mí, la impresión que me llevé cuando me dijeron que no, que era 7am.

    Ayer me fui del trabajo antes, cuando todo estaba más o menos planteado. Llegué a casa y, sabiendo que no conciliaría el sueño temprano para que me cundiese el sueño, le planteé la cuestión a mi padre y le pregunté si me podía liar un porro. Se sorprendió ante la pregunta pero accedió, así que ahí estaba el tío, tirao en el sofá viendo el Digital + más contento que un ocho.

    Esta mañana no-sé-cómo me levanté del tirón, me duché y desayuné. Cuando salí por la puerta de casa era de noche y tan temprano que aún no habían puesto las calles, pero bueno, por ahora pasan rápidas las agujas del reloj (coño, pues no).

    Voy a desayunar otra vez, así pierdo un poco más de tiempo.

    ...Pero antes quiero decir que me alegro mucho de vivir con mi familia, en un ambiente en el que podemos confiar unos de otros y hablar de cualquier cosa, es estupendo tener eso, me considero muy afortunado.

    domingo, septiembre 02, 2007

    Mi Sandrita

    Hoy he caído en la cuenta de que el 24 de agosto ya pasó... pasó hace casi 10 días y Sandrita y yo ese día cumplíamos 6 meses de relación. Soy fatal para las fechas...

    Sé que no me va a perdonar, pero me he puesto a subir fotos como un loco y también he subido las fotos que nos hicimos en nuestro viajecito por Andalucía.

    Sandra, si lees ésto... ¿Qué puedo decirte ahora en público que no te haya dicho ya? Nos veremos muy pronto, linda ;-)

    Pincha en la foto para ver una presentación de fotos.


    Fotos del Paintball

    Tonino, Kuki, mi hermano, sus amigos y yo fuimos a El Bosque a pegarnos tiros de pintura. Fuimos pocos porque hacía una calor de mil pares de cojones, pero la experiencia estuvo muy chula. Largos días jugando al Counter, al Black y a todos los mata-mata que han llegado a mis manos, me ayudaron a reventar a estos ignorantes del arte de matar sin ser visto. Afortunadamente no teníamos bayonetas, porque el juego pica (casi tanto como los bolazos) y podría haberse formado una escabechina.

    Si queréis ver las escasas y perras fotos que hice, pinchad en la foto para descargarlas:


    Fotos del Monsters of Rock 2007

    Buenaaas,

    como esta tarde tengo poco que hacer en el hotel y lo sabía de antemano, me he traído la cámara de fotos y me he puesto a hacer el laborioso proceso de elegir/reducir/arrejuntar/comprimir/subir/enlazar fotos para que cualquier morsa terrestre necesite tres simples clicks para tenerlas en su pútrido ordenador lleno de porno con animales.

    ...Aunque bueno, esto lo hago con gusto y sintiéndome en deuda paraconmigo, ya que quiero tenerlas en mi blog.

    Pinchad en la foto para descargar el archivo .rar.


    ...Y lo que digo siempre, si no os gustan me ponéis a parir en los comentarios; si os gustan o queréis alguna de más calidad para trucarla y poneros pectorales, sólo tenéis que pedírmela.

    Hala, sigo que tengo cogido el ritmo.

    Todo negrata es una estrella

    Buenaaas,

    estaba escuchando de pé a pá una recopilación de música Reggae que se bajó mi hermano del eMule, y ná, tó guapa... estoy escuchándola y oigo: ...Every nigger is a staaaaaaaaar", y como la grabación es antigua y tal me sorprendió el oír negrata de la voz de uno que no rapea ni amenaza con volarte la cara con su pipa.

    La cuelgo aquí, seguramente los dueños del copyright murieron atados a una cruz en llamas hace ya varias décadas.


    This page is powered by Blogger. Isn't yours?

    Suscribirse a Entradas [Atom]